comenta DAVID
Se trata de esas películas que
cuando termina, te quedas clavado en la silla sin poderte levantar y para disimular parece que te interesan los créditos.
La película trata sobre la vida de
Edith Piaf, mientras la veía me recordaba al protagonista de
El León del desierto, encarnado por
Anthony Quinn, ese hombre menudo, bajito con tanta fuerza dentro de si, capaz de hacerle frente a todo un ejercito.
Edith es un tanto parecida, menuda, delgada, a veces guapa, pero ciertamente dando más pena que otra cosa, en cambio se crece delante de un micrófono para sacar esa voz fuerte y a la vez melódica.
¡Qué vida tan dura!, criada en un prostíbulo, abandonada por todos. Con semejante currículo, se podría pensar que de mayor sería una asesina en serie, sin embargo
Edith no perdió sus ojos inquietos y su sonrisa ingenua a pesar de tanta dureza.
Qué habrá pasado en su vida, para que no fuera un árbol torcido de la sociedad, pensaba yo. El protagonista de
El perfume en realidad tuvo una vida de gloria comparado con
Edith. Quizás algunos datos nos puedan aclarar esto, a pesar de la miseria que le rodeaba, ¿fue una niña querida acaso? Está realmente abandonada una niña que en el medio de las calles de Paris oye el canto de su madre que una y otra vez insiste en ser escuchada para poderle dar de comer a su hija. Ya en su lecho de muerte, le viene el recuerdo de su padre, el día que le regaló la muñeca que ella había mirado en una vidriera.
No tuvo tiempo ni de envolverla, ni seguramente tenía una casa en la que poderle dar el regalo, de ahí que la llevó a un bar (Al fin y al cabo
Edith ha sido una niña educada en la noche. Como ella decía en una entrevista, cuando llega la noche, para los artistas es el amanecer) De igual forma, es acogida con mucho amor en el prostíbulo de su abuela, se convirtió en poco tiempo en la niña mimada de todas las prostitutas. Parecería un prostíbulo el lugar menos apropiado para educar a una niña, seguramente no habría rebasado los tests de los psicólogos funcionarios que deciden en las sociedades modernas qué es lo bueno y lo malo para un niño, cosificando la cuestión de la infancia, a la cuestión económica, o medios básicos de subsistencia, obviando que lo más importante en la educación de un niño es ser el objeto de amor de alguien, que no tienen que ser sus progenitores. Es tan simple como que alguien crea en ti y como prueba de ello te ame.
A pesar de tanta dureza,
Edith, no se arrepiente de nada, tal y como versa la canción escrita para ella. No solo por las letra sino incluso por el uso constante de esa “r”, que en el francés viene a pelo, con la palabra "rien" (nada), haciendo honor a su nombre (Piaf=gorrión en francés), ya que terminaba precisamente estas frases como si fuera el gorjeo de un pájaro (aunque algunos atribuyen este adjetivo más a su aspecto físico)
Edith tiene una razón de peso para no arrepentirse de nada: amó y fue amada. En la entrevista que le hacen en la playa, lo que viene a decir es que a cualquier edad, lo más importante es amar y esto es algo que ella supo hacer (amó y fue objeto de amor de otros), a veces sin ser correspondida. No se rodeo de malas personas, cosa que suele ocurrir con estas musas de la música, le acompañó su amiga de toda la vida, así como su compositora.
Una vida tan dura, para solo soltar un par de lágrimas, justo en su lecho de muerte, a pesar de tanto dolor (la pérdida de sus dos Marcels, su hijo y su amado), quería seguir viviendo. Para
Edith, la vida es rosa, por eso, porque conoció el amor. Qué distinto los tiempos que corren, brotan lágrimas por doquier en Operación Triunfo o la coplera de turno encarnando a la viuda de España. Ya gorriones como éste no vuelven a cantar.
TITULO ORIGINAL: La vie en rose
AÑO: 2007
DIRECTOR: Olivier DahanPAÍS: FranciaDURACIÓN: 140 min.REPARTO: Marion Cotillard, Sylvie Testud, Pascal Greggory.
WEB: http://www.lavieenrose.com/CALIFICACIÓN BUTACAenlínea: 4/5