“El día que la Tierra se detuvo”, de Scott Derrickson, con Keanu Reeves, Jennifer Connelly, Kathy Bates, Jaden Smith, John Cleese y Jon Hamm.
Tal vez no sea una gran película -de hecho, apenas se la puede considerar pasable-, pero hay que felicitar a los productores de la remake de El día que la Tierra se detuvo por una de las mejores elecciones de casting de los últimos tiempos: Keanu Reeves en el mítico papel del extraterrestre Klatuu. Si siempre se consideró al actor de Matrix como un tipo duro, incapaz de expresar emociones, el rol le cae como anillo al dedo. Sólo debe atravesar la película con cara de no me acuerdo dónde dejé los documentos.Más allá de eso, el filme de Scott Derrickson es una muy discreta versión del clásico de ciencia ficción que dirigió Robert Wise en 1951. La trama tiene algunos cambios, pero es básicamente la misma: una nave extraterrestre llega a la Tierra y amenaza con aniquilar a los humanos. Lo que cambia es el motivo: antes, los envíados de una especie de asamblea intergaláctica venían a retarnos por nuestro creciente uso de armas nucleares. En esta película, es por el daño que le hacemos a la ecología.En ambos casos, Klatuu descenderá a la Tierra, será maltratado por militares, terminará relacionándose con una viuda y su hijo (Jennifer Connelly y Jaden Smith), conocerá a un noble científico y deberá decidir si los humanos podemos mejorar o si es hora de hacernos desaparecer. Si hay que agregar alguna diferencia es que en esta versión, los extraterrestres llegan decididos a aniquilarnos -en ese sentido, podía haber sido una secuela, ya que la primera previene sobre un regreso furioso- y que las armas son diferentes a las de los '50. Lo mismo que el tamaño del robot que cuida a Klaatu: antes medía dos metros, ahora ocho.
Hacer una remake de un clásico sin proponerse descubrir en él ninguna faceta diferente no tiene demasiado sentido. Así, El día... puede llegar a interesar a los que desconocen la película original, pero seguramente les hará pensar que tampoco valía tanto la pena. La diferencia es que la original, de 1951, es casi una de las primeras películas de ciencia ficción anticipatoria que trataba lo que en ese momento era la incipiente tensión creada por la Guerra Fría. Aquí aparecen militares norteamericanos descerebrados y un presidente que recomienda disparar primero y preguntar después, pero el problema pasa por el cuidado de la ecología más que ninguna otra cosa.Lo de Keanu es, por una vez, irreprochable en su lógica sonambulesca, mientras que Connelly se esfuerza para ponerle emoción a sus escenas juntos. Corta y apresurada, El día... no pasará a la historia ni está a la altura de otras películas apocalípticas con las que Hollywood nos quiere despabilar a fin de cada año (Niños del hombre, Soy leyenda, etc, etc). Cuando uno ve a Keanu trajeado y aparentemente enojado, caminando por las calles de Manhattan, uno supone que el tipo vino a quejarse por la caída de Wall Street. De haberla filmado ahora, tal vez ésa podría haber sido una mejor excusa para que los extraterrestres vayan a Nueva York a romper todo.