Al igual que
Sylvester Stallone,
Bruce Willis, parece querer sacarles hasta el último
juguito a sus personajes. Y es que, uno ya descansaba de
"Rambo" y de
"Rocky", hasta de que de pronto irrumpe en nuestras salas
"John McClane", personaje de
Bruce Willis, que no nos priva de su cuarta y -esperemos- última saga.
Otra vez el superhéroe norteamericano, que salva a su nación paranoica de todo aquello a la que ésta suele llamar
"terrorismo", hace su aparición. Simplemente se cambian las caras de los villanos que, ahora traen algo nuevo al poseer algo que
McClaine no tiene:
la posesión y el conocimiento de la tecnología de los "hackers". Son estos, quienes intentan poner "patas arriba" a un burocrático y lento Gobierno estadounidense, intentando quitarle lo que más tiene y lo que más cuida: su poder financiero.
Así se libra una batalla (en desventaja para el "bueno") entre lo moderno y lo arcaico, entre los balazos y el poder de la computadora y claro...también de más balazos.
McClane, se cae de lugares de donde uno quedaría parapléjico, se baja -literalmente- helicópteros con un auto, se salta encima de un F-35. Todo ello lo hace un policía notoriamente envejecido, calvo y -que uno creería-, ya sin fuerzas más que para cobrar su jubilación.
Pero no hay que restarle méritos, sucede que él es simplemente
Duro de Matar.
Así transcurre la película: con un guión bastante trillado. Pues este tema de hackers ya se ha visto en películas como
Operación Swordfish,
"cyber-thriller" protagonizado por
John Travolta. De fondo está, además, el cliché del "padre policía que no tiene tiempo para su familia la cual se divide y los hijos terminan no sólo desaprobándolo si no también odiándolo". Este tema igualmente se ha visto en innumerables filmes, incluido
Hostage, producido y protagonizado por el mismo
Bruce Willis; en ninguno de los casos el vínculo padre-hija es fuerte ni creíble.
Pero no todo es desaprobable en
Duro de Matar 4.0 pues aparte de los potentes estallidos, los disparos y los efectos de explosiones magnificados (que hacen imposible que el espectador se aburra o duerma), cuenta además con la participación de
Justin Long, un joven actor estadounidense, quien le aporta a la película una fuerte dote de carisma y chispa, haciendo del personaje de
McClane aún más sobrio e impredecible.
Aunque por ratos se vuelva insufrible, por la redundancia de algunas frases, posee excelentes diálogos, con mucho humor para ser de súper acción y repartidas de manera bastante prudente y funcional.
Muy aparte de todo ello, ¡es
Bruce Willis!, no hay que ser tan mezquinos. Pues se puede decir que él es uno de los mejores actores de súper acción de los últimos tiempos. ¿Esperaremos una quinta saga protagonizada por él?, tal vez sí. Aunque quizà tengamos verlo matar a los villanos desde su
silla de ruedas.
Actualización: El estreno en el Perú es el 16 de agosto en todas las salas, a partir de las 10 de la noche.
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